Hemofilia A (gen F8, Bóxer)

La hemofilia A es el trastorno de sangrado hereditario más común en los perros. Cuando se hay una mutación patogénica en el gen F8, que produce el factor de coagulación VIII, el proceso de coagulación de la sangre se ve alterado aumentando el riesgo de hemorragias incontroladas.

Síntomas

Dado que el gen F8 se encuentra en el cromosoma sexual X, normalmente, las hembras portadoras de una copia de una mutación en F8 no suelen mostrar síntomas, mientras que los machos sí presentan signos. La gravedad depende de los niveles de actividad de coagulación residual. Cuando la actividad del factor VIII es inferior al 5%, los síntomas suelen aparecer tras el nacimiento y son más severos. Se produce sangrado espontáneo en articulaciones y filtración de sangre en la cavidad corporal que puede ser letal. También se observa sangrado prolongado del cordón umbilical, de las encías durante la dentición y después de una cirugía. Los perros con una actividad del factor VIII del 5% al 10% generalmente no sangran espontáneamente, pero sangran más de lo normal después de una lesión o cirugía.

Manejo de la enfermedad

El tratamiento de la hemofilia A se enfoca en controlar los síntomas y prevenir hemorragias graves. Se requiere transfusiones repetidas de sangre entera o plasma hasta que el sangrado esté controlado. Si sospechas que tu perro puede tener hemofilia A, es crucial llevarlo a un veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Bases genéticas

Esta enfermedad sigue un modo de herencia ligada al cromosoma X recesiva. La herencia ligada al cromosoma X recesiva significa que las hembras deben recibir dos copias de la mutación o variante patogénica (una de cada progenitor) para desarrollar la enfermedad, mientras que los machos sólo necesitan una copia del gen mutado o de la variante que procede de la madre para desarrollar la enfermedad. Los perros macho suelen presentar síntomas de la enfermedad. Cada cachorro macho nacido de una madre portadora de la mutación tiene un 50% de probabilidades de heredar la mutación y con ello, el riesgo de manifestar la enfermedad. Las hembras que no son portadoras de la mutación no tienen mayor riesgo de tener cachorros afectados. No se recomienda la cría entre perros portadores de variantes genéticas que puedan causar una enfermedad, aunque no manifiesten síntomas.

Informe técnico

El proceso de coagulación implica muchas proteínas diferentes, y la deficiencia de cualquiera de estas proteínas puede causar trastornos hemorrágicos, como las deficiencias de factor II (protrombina), factor VII, factor VIII y factor IX. La carencia de vitamina K, que también es parte del proceso de coagulación, puede empeorar un defecto de la coagulación. Christopherson et al. fueron los primeros en detectar una mutación sin sentido en el gen F8 de perros pastor alemán y bóxer con hemofilia. Se trataba de la variante c.1469C>G, que produce un cambio de una sola base en la posición nucleotídica 1469, esto afecta a un aminoácido que se encuentra en el dominio A2 de la proteína, que participa en la unión del factor IX activado durante la coagulación. Se han observado mutaciones que afectan a este mismo dominio en el factor VIII de coagulación humano que se asocian con una reducción importante de la actividad del factor VIII (por debajo de un 1%).

Las razas más afectadas

  • Boxer
  • Caniche
  • Cocker Spaniel
  • Golden Retriever
  • Husky siberiano
  • Malinois Belga
  • Pastor alemán
  • Pastor alemán
  • Perro Crestado Rodesiano
  • Perro pastor inglés
  • Schnauzer miniatura
  • Setter irlandés
  • Weimaraner

Bibliografía

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